domingo, 9 de junio de 2019

Hace años que no escribo una sola línea


Aunque para ser sincero, lo poco que escribí nunca paso de los borradores.

Llevo meses, años, prácticamente desde el momento en que hice la última publicación, tratando de pensar material para un próximo escrito.

Y nunca paso de ese pensamiento.

Ahora intento romper con eso.

Demasiadas distracciones para una mente que se dispersa con una notable facilidad.

Decidí buscar la inspiración, de modo que ayer a la mañana fui al Mercado Norte, y entre las compras sume una botella de whisky, un natural detonador de inspiraciones.

Pasaron las horas, lo que mas sumo fue la dispersión pero no la inspiración.

Preparé arroz al estilo japonés, preparé caramelos de goma. Me senté a esperarla, pero ella no llego.

La inspiración se demoraba en llegar a mí, como la primavera a mi corazón.

Nada.

Busco música. Poco tan inspirador como la música, pero mi inmensa colección de discografías no arroja disparadores importantes para la ocasión.

Subí a la terraza del edificio, realice algunas tomas fotográficas, presencie la antesala del atardecer, y volví al departamento.

Finalmente la noche comienza a anunciarse. Y mi mente sigue en blanco.

Destapo el whisky,.

Escucho a Liam Gallagher.

Busco discos de Noel.

La noche transcurrió en una secuencia de videos de Oasis y de ellos como solistas.

El frío de la madrugada me recordó las tantas en bar Zombis, y aquel amor de una ocasión, y que luego volvió por otra ocasión, y que luego no volví a ver.

El sol regreso, la mañana se anunció.

Ahora suena Noel, mientras me preparo el desayuno y decido que es momento de tomar el cuaderno.

Tengo que salir adelante con esto, como solo Liam supo hacerlo en los últimos dos años.

Comienzo a escribir, catarsis reflexiva que alivia la mente, derramamiento pobremente ordenado de tinta que sirve para tranquilizar mis pensamientos.

Y es así, como el ejercicio de improvisación concluye después de casi cuatro años sin escribir. 



Para este ejercicio de improvisación use como material de inspiración la frustración del vacío creativo; una escena del tomo uno del manga Slam Dunk de Takehiko Inoue, donde el personaje principal pronuncia la frase "la primavera ha llegado a mi corazón" al descubrirse enamorado de la joven Haruko Akagi.

También use como inspiración mi rutina de compras en el Mercado Norte, un lugar que logra transmitirme la sensación de los mercados de puestos de otros lugares del mundo.

La salida a la terraza fue un intento más para sumar a la inspiración.

La trayectoria de los hermanos Gallagher, tanto en Oasis como en solitario siempre me ha parecido un autentico y muy admirable ejercicio de auto superación.

Aunque, en realidad, todo el éxito podría atribuírsele solamente al whisky, gran inspirador para la poesía y la literatura europea, logró traer a mi mente recuerdos de momentos fugases pero hermosos. Lo que puede hacer un poco de malta y grano destilada y conservada en roble quemado con azúcar.

Esto es todo, y a la vez no es nada.