martes, 2 de septiembre de 2025

Caminé para encontrarme

    Tomé la cámara y salí a caminar la Colón en el sentido contrario al transito.

    Me lo pasé intentando tomas durante un rato sin quedar del todo convencido. Como en casi todo lo que hago, la fotografía la estoy practicando de forma autodidacta y se me ha vuelto un proceso complejo en el que no termino de conformarme.

    Tomaba una foto y pensaba que me había salido genial, luego me iba frente a una iglesia a tratar de hacer algunas instantaneas, me frustraba y pensaba "Tal vez debería dedicarme a otra cosa".

    Así fue durante un rato, hasta que entré a un local a comer.

    Subí a la planta alta, donde habían olvidado encender las luces, una mujer estaba al fondo con una notebook en lo que parecía una clase a ditancia.

    Me quedé pensando algunas cosas relacionadas con el transito, miraba por la ventana mientras comía y veía a un tipo poner una mesita en una esquina, irse y volver con una pila de pre pizzas, y comprendía que acaba de desentramar otro misterio de Barrio Alberdi, ahora sabía de donde venía el hombre que vendía pre pizzas por la noche.

    La mujer se despide de los que ahora sé que eran sus alumnos, habla con otra docente, maldice a uno de los aprendices a quien trata de "mal educado".

    Yo empiezo a sacar fotos por la ventana con mi celular, le saco fotos incluso a mi cámara.

    La mujer se va, yo me quedo, pienso un rato más.

    Decido irme, al bajar veo que la mujer recién está saliendo y me deja la puerta abierta, le agradezco y encaro en el sentido contrario a ella. Esta vez camino en la dirección del transito.

    Intento alguna foto más, sin mucho convencimiento de lo que estoy consiguiendo.

    Vuelvo a casa, tengo cosas que hacer, voy a enviar algunos curriculums y a la noche Santiago hace su programa donde me gusta interactuar en el chat con el resto de la audiencia.



Sobremojado (estrené paraguas nuevo)

    Salí con el tiempo mas o menos bien medido, había cenado tranquilo, sin sobresaltos y ahora con rumbo a Alta Córdoba.

    El único inconveniente de la noche era la lluvia.

    Caminé por 5 cuadras pretendiendo evitar las baldozas flojas, lo que por momentos me obligó a caminar por la calle, y en otro tramo, ya en cale Jujuy miraba desde la vereda, casi pegado a la pared mas cercana para no terminar salpicado por los autos, las calles eran casi ríos.

    Cuando por fin logré llegar me sentí un tanto aliviado, mis zapatillas de tela no se mojaron, no me hizo falta abrir el paraguas, había un chico esperando en la parada del colectivo, y unos minutos más tarde ya estaba en el colectivo remontando la subida camino a la iglesia donde sería el encuentro.

    Todo este esfuerzo era por una amiga que estaba en un nuevo coro con el que iban a realizar una presentación acompañados de una orquesta, yo no suelo moverme de casa cuando es de noche y la lluvia no me motiva a salir.

    Pero llegué, camine a paso ligero y entré a la capilla, enfile a una caja amarilla chiquita donde se recibían las donaciones, dejé lo propio y enfilé hacia un banco donde vi un lugar libre, y esperé pacientemente.

    La paciencia se fue rápido cuando dos tarados se pararon al lado mío y se dedicaron a hablar incluso después del inicio de la presentación, eran un pareja, miré mal al chico varias veces y por momentos se callaba o bajaba un poco mas el tono, hasta que alguien se le acercó, le djo algo y por fin se calló.

    Una orquesta acompañada de un coro. Una presentación de una hora de duración. Folklore con arreglos que acercaban el repertorio al estilo de la música clásica. Todos los días se aprende algo nuevo solía decir de chico. Parece que este fue uno de esos días.

    Terminada la presentación esperé a mi amiga, pero no salió por un rato y a mí me apresuraba el horario del colectivo, por lo que emprendí el camino de regreso a casa.

    Salí de la capilla, abrí el paraguas para estrenarlo en plena tormenta, enfilé hacia la parada del colectivo pensando que tendría un mundo de gente detrás mío, pero no fue así.

    Por un buen rato estuve solo, mirando la aplicación del colectivo que no se movía de una espera de 20 minutos, hasta que un amigo comenzó a escribirme.

    "Esa es la capilla de la escuela a la que supe ir en un tiempo", "pedagogicamente dejan mucho que desear", "tené cuidado con el celular, a esa hora es todo muy solitario", "che al bondi no le falta mucho, debe estar a 5 minutos de llegar".

    Y efectivamente, llegó a los 5 minutos, y solo subimos 3 personas. 

    Regreso a casa, hice algo, por lo menos pude distraerme un rato.

    Me ayudó a comprender de que no suelo tener planes para salir a la noche, y por lo general cuando los hay no suelen ser muy lejos de casa.