Seré un puñado de angustias
cuando ya no sepa de vos.
Me envolverán el dolor,
los recuerdos de lo que fue tu presencia
y el pesar lógico de tu ausencia
se encargarán de aclararme
lo irremediablemente obvio:
Que ya no vas a volver.
Pero yo igual te esperaré,
porque eso es la fe,
creer que algún día
vas a volver.
Que entraras exultante de felicidad
y llenaras la casa de alegría,
que bailaras con la radio encendida,
que me dirás con algarabía
que sabrías que vendría,
Que hasta has preparado la comida,
y que tienes para contarme
mil cosas que han pasado
en el poblado en estos días
Y yo te escuchare
con enorme atención y simpatía
mientras vos
entre frases y sonrisas
llenaras de alegría
esta sala vacía
en la que yo espero
que vuelvas algún día.
cuando ya no sepa de vos.
Me envolverán el dolor,
los recuerdos de lo que fue tu presencia
y el pesar lógico de tu ausencia
se encargarán de aclararme
lo irremediablemente obvio:
Que ya no vas a volver.
Pero yo igual te esperaré,
porque eso es la fe,
creer que algún día
vas a volver.
Que entraras exultante de felicidad
y llenaras la casa de alegría,
que bailaras con la radio encendida,
que me dirás con algarabía
que sabrías que vendría,
Que hasta has preparado la comida,
y que tienes para contarme
mil cosas que han pasado
en el poblado en estos días
Y yo te escuchare
con enorme atención y simpatía
mientras vos
entre frases y sonrisas
llenaras de alegría
esta sala vacía
en la que yo espero
que vuelvas algún día.
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