Llego a la noche, me duele mucho la cabeza, voy directo a dormir con algo de música jazz de fondo intentando tranquilizar la mente y mi contracturado cuello.
Estaba en el trabajo cuando empezó a dolerme la cabeza.
La culpa la tiene la silla, el entorno, y por sobre todo mi mala postura.
Voy entre ejercicios para el cuello, alrededor del mismo, algo de tai chi aplicado a las manos y en el peor de los casos cuando el asunto se ha vuelto preocupante termino por recurrir al paracetamol y si estoy en casa me voy a recostar a oscuras y en silencio para relajar la vista que para ese momento suele verse muy afectada.
Otra forma es recurrir a algún te de manzanilla antes de terminar yéndome a la cama, y es que sucede que a veces resulta imperioso seguir frente a la computadora.
En ocasiones la música suave instrumental me ayuda a calmar un poco más la mente.
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